¿Les dice algo las siglas CIE?
Centro de Internamiento de Extranjeros. Es el lugar al que envían a los extranjeros que van a ser expulsados del país por carecer «de papeles» o tener los permisos no renovados.
Después de leer varios informes serios elaborados sobre los mismos (Aluche en Madrid, Capuchinos en Málaga y Zapadores en Valencia, entre otros) siento una gran tristeza al pensar que en un país como España se permita que existan esta especie de «guantánamo» como algunos les llaman. Por Dios ¡son seres humanos!.
El estar en un país de forma irregular constituye una infracción administrativa y, sin embargo, las personas detenidas (término adecuado atendiendo al hecho de que están privadas de libertad) son tratadas como verdaderos delincuentes. Yo diría que peor.
La ausencia de una regulación sobre infracciones y sanciones deja esta cuestión al arbitrio del jefe de seguridad del establecimiento, las escasas normas que los regulan apenas se cumplen, la falta de medios y la falta de sentido humanitario son los factores que contribuyen a que las personas detenidas en estos centros vivan hacinadas, en condiciones de higiene deplorables, privadas de los más elementales derechos. Los que están en prisión tienen actividades, profesionales que les atienden. En los CIE no hay educadores ni trabajadores sociales. Al depender directamente de la Policía, la mayoría del personal son policías jóvenes, recién salidos de las academias, que tienen el CIE como su primer destino, no contando prácticamente con personal ajeno a la propia policía y no teniendo autorización de entrada, para colmo, ni las organizaciones sociales. Incluso los abogados tienen muy restringido el horario de acceso con relación al establecido en las prisiones.
Se encuentran personas que llevan en España más de tres años, diez e, incluso, veinte y que han intentado regularizar su situación sin lograrlo o no han podido renovar por no tener un contrato de trabajo, e incluso, con familia que queda en España en caso de terminar el expediente con la expulsión. Podemos encontrar en internet testimonios desgarradores. Aunque en dichos establecimientos no pueden estar los extranjeros detenidos más de sesenta días; se trata , sin duda, de una «experiencia» traumática que hay que denunciar y habría que evitar por razones humanitarias.
Carmen Miranda
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